Una vez agotada la vía del Registro Civil, la cual no te proporcionará información anterior al año 1871, deberás recurrir a los registros parroquiales.
La investigación genealógica se ha convertido en un pasatiempo popular en la actualidad, y los archivos parroquiales son una de las fuentes más importantes y útiles para obtener información sobre nuestros ancestros.
Los archivos parroquiales en España son una fuente valiosa para aquellos interesados en explorar la historia y la genealogía del país. Desde registros de bautismos, matrimonios y entierros hasta información sobre la vida social y económica de las comunidades locales, estos archivos ofrecen una ventana única al pasado.
Los libros sacramentales son una fuente inagotable de información para aquellos que buscan conocer su historia y la de sus antepasados. Estos registros, que datan del siglo XVI, son el resultado de la orden impartida en el Concilio de Trento de 1545 a 1563 a los párrocos de registrar los bautismos, matrimonios y fallecimientos, entre otros acuerdos.
Aunque algunos párrocos ya habían iniciado la toma de registros antes de la orden, los libros sacramentales anteriores a la normativa de Trento son una muestra de la importancia que se le daba a la documentación de la vida religiosa y cotidiana de la época.
En estos registros anotados en legajos de papel, encontrarás información sobre tus antepasados, como sus nombres, fechas de nacimiento, fechas de bautismo, nombres de padres, padrinos y lugar de origen, entre otros detalles que pueden ayudarte a construir la historia de tu familia.
Libros parroquiales antiguos
Los archivos parroquiales son documentos oficiales que contienen información sobre sus feligreses. Los libros de bautismos, matrimonios, confirmaciones y defunciones, que se remontan a siglos atrás, suelen ser los más consultados por los genealogistas. Aparte de esos libros existen en las parroquias otros documentos menos conocidos, pero también interesantes para una investigación genealógica. Generalmente, esa otra documentación no está catalogada, como es la información administrativa referente a sus bienes, rentas, capellanías, visitas pastorales, construcciones, libros de fundaciones y constituciones, etc. También pueden incluir información sobre la vida social y económica de la comunidad local, como los registros de propiedad y los documentos legales.
Los archivos parroquiales en España suelen ser gestionados por las diócesis provinciales, y pueden encontrarse en las parroquias, archivos diocesanos y nacionales.
En el caso de la provincia de Almería, la mayoría de los libros sacramentales se encuentran en el Archivo Diocesano de Almería, aunque todavía quedan algunas parroquias que no han trasladado sus libros a ese Archivo centralizado.
En la genealogía, las líneas de investigación son amplísimas, ya que todos los individuos pueden ser objeto de investigación, puesto que todos tienen ascendentes y, por tanto, un árbol genealógico que investigar.
Libros de bautismos
Al analizar los libros sacramentales, se pueden conocer detalles sobre la vida y las costumbres de la época. Por ejemplo, en los registros de bautismos, además de los nombres y apellidos de los antepasados, se puede encontrar información sobre sus profesiones, filiación y relación con los padrinos.
En las primeras anotaciones del siglo XVI, es llamativo la gran importancia que tenían los padrinos en las ceremonias de bautismo. De hecho, en muchas ocasiones se les mencionaba a ellos en lugar de los padres de la criatura. Esto se debe a que eran los padrinos los que llevaban al recién nacido a la pila bautismal y a la importancia que ellos tenían en el futuro del bautizado/a. Los párrocos los mencionaban en las partidas y les advertían del parentesco espiritual y las obligaciones que contraían.
No fue hasta mediados del siglo XVIII cuando se ordenó que en las partidas de bautismo se incluyeran los nombres de los abuelos. A partir de ese momento, fue más fácil reconstruir la genealogía de las familias.
Podemos ver la emigración de las familias a otras poblaciones en busca de trabajo a partir de los bautismos de sus hijos. Es muy habitual ver una familia con hijos nacidos en varios pueblos de la misma zona, incluso se pueden intuir las posibles actividades que realizaba una persona, como es el caso de los jornaleros que se desplazaban en busca del sustento cuando en sus lugares terminaba la temporada, simplemente mirando los meses en que nacían sus hijos.
Dentro de los bautismos merecen especial atención los de los expósitos. Estos niños, hijos de padres desconocidos, eran abandonados por diversas razones y dejados en sitios públicos o particulares, con el fin de que alguien los encontrara y se hiciera cargo de ellos. Este término se remonta a la Edad Media, cuando el abandono de los niños era común debido a diversas circunstancias como la pobreza, la falta de recursos o la vergüenza de tener un hijo fuera del matrimonio, dando lugar a la denominación de “expósitos”.
En muchos casos, eran bautizados de inmediato para evitar que murieran sin recibir el sacramento y luego se les buscaba una ama de cría que los alimentara. Posteriormente, eran llevados a la inclusa o casa cuna, donde se les proporcionaba atención y cuidado. A estos niños no se les ponía un nombre habitual, sino que se les designaba el nombre del santo del día, de la advocación de la parroquia e incluso el del propio párroco, y como apellido llevarían “Expósito”. Este apellido estaba bastante generalizado y algunos párrocos, para evitar el estigma que suponía llevarlo junto al nombre, tenían la costumbre de poner como apellido el nombre de algún santo o de alguna población.
La inscripción de los bautismos de niños expósitos solía anotarse en los libros correspondientes a ese sacramento, pero en algunas parroquias encontrarás libros dedicados exclusivamente a esos registros de expósitos.
Libros de confirmados
La confirmación es un sacramento de madurez cristiana en el que la persona confirma públicamente su fe en Jesucristo y se compromete a vivir su vida según los preceptos del Evangelio.
Es una ceremonia que se celebraba en la parroquia local, en la que los más jóvenes eran confirmados por el obispo o su delegado. También podía ser recibida por adultos que no la recibieron en su momento.
Habitualmente las anotaciones de las confirmaciones solían recogerse en los libros de bautismo, pero en ocasiones encontrarás libros dedicados exclusivamente a ese sacramento.
Libros de desposorios
El matrimonio (desposorio) aparece como nexo de unión y punto continuo de referencia en las investigaciones genealógicas.
Estos registros pueden proporcionar información sobre el origen y los apellidos de los contrayentes, la fecha y lugar de la ceremonia, su estado civil, los padres, el grado de consanguinidad o afinidad en el matrimonio e incluso otros datos igualmente relevantes. En ocasiones, cuando alguno de los contrayentes era viudo, suele aparecer la identidad de su anterior cónyuge.
Los desposorios también nos permiten conocer las costumbres y tradiciones de la época en que se celebraron esos enlaces matrimoniales. Por ejemplo, en algunas villas, era habitual que las bodas se celebraran en días de festividad religiosa, como la del patrón del pueblo.
A lo largo de la historia, el matrimonio ha sido una institución fundamental en la sociedad. Sin embargo, las costumbres y los motivos para casarse han ido cambiando a lo largo del tiempo. En épocas antiguas, los matrimonios eran arreglados por conveniencia.
En la nobleza, los contratos matrimoniales eran comunes, pero también lo eran en el pueblo llano. Los padres buscaban el beneficio familiar, y las jóvenes eran comprometidas en matrimonio en cuanto había una oportunidad. A menudo, estas hijas eran niñas de tan solo 14 años, pero ya tenían experiencia en la casa de sus padres y eran educadas para ser mujeres y madres.
En esas épocas, las mujeres aportaban una dote al matrimonio, y una de las principales preocupaciones era la muerte de la mujer tras un parto. La falta de control médico, la mala alimentación, la escasez de higiene y agua corriente en las casas hacían que esto fuera muy frecuente. Si una mujer fallecía tras dar a luz, su marido se quedaba viudo con varios hijos pequeños, siendo, en muchos casos, una cuñada quien se hacía cargo de la casa y los niños. Esto estaba mal visto por la sociedad, pero se solucionaba con un nuevo matrimonio dispensado por afinidad.
Las uniones entre familiares directos requerían una dispensa por consanguinidad, provocando en los pueblos pequeños un exceso de endogamia. Además, otra costumbre de la época era que las doncellas se casaban con mozos de profesión relacionada con la de su padre.
Es importante mencionar que la falta de algunos datos imprescindibles en el acta de desposorio, como el nombre de los padres o la edad de los contrayentes, pueden dificultar la investigación. En estos casos, la experiencia del investigador es fundamental para retomar el estudio por otros caminos, tales como actas de bautismo, defunción, la búsqueda de segundas nupcias, padrones, amillaramientos o protocolos notariales, entre otros.
Libros de entierros
Los registros de entierro contienen información valiosa, como la fecha y el lugar, la causa de la muerte, la edad del fallecido y la identidad del cónyuge si estaba casado o era viudo. También suele constar si el finado testó, indicando, en el caso de haberlo hecho, ante quien otorgó su testamento y posibles codicilios. Otra información interesante es la anotación de los albaceas que el difunto había designado para cumplir sus últimas voluntades.
La mortalidad infantil en épocas pasadas revela una realidad muy distinta a la actual. En el siglo XIX, por ejemplo, la falta de acceso a agua potable y la ignorancia sobre la higiene personal eran causas principales de enfermedades y muertes. Además, la inanición y la falta de leche materna también provocaban el fallecimiento de muchos recién nacidos.
Otras causas de muerte de los neonatos eran la desnutrición, las enfermedades respiratorias y la diarrea, todas ellas relacionadas con las precarias condiciones de vida de la época. Es importante recordar que la mortalidad infantil no era una excepción, sino algo común en siglos anteriores al actual.
Otros registros parroquiales
Entre los menos consultados por los genealogistas se encuentran:
Las Matrículas Pascuales, que eran anotaciones de los censos parroquiales de los miembros de la familia que cumplían con la confesión y comunión en Pascua. Estos muestran cómo ha cambiado la estructura de la familia a lo largo del tiempo, desde matrimonios con hijos hasta varias familias viviendo bajo un mismo techo.
Las Rogativas, que eran procesiones de oraciones públicas realizadas por los habitantes de un pueblo para pedir a Dios la conservación de los bienes de la tierra y la gracia de estar libres de desgracias.
Las Cofradías muestran las tradiciones de muchas localidades españolas. En ellos se registraban los nombres de los cofrades y hermanos de las órdenes, y se pueden ver hasta tres generaciones de una misma familia que han formado parte de ella.
Las Visitas Pastorales contienen la historia real de la Iglesia en cada pueblo, con las visitas del Obispo y los inventarios de ornamentos, retablos, etc. que se hacían en la parroquia. Además, muestran las donaciones que los parroquianos hacían a su iglesia.
Las Actas Capitulares relatan los acuerdos que se tomaban en el capítulo, que solía ser el capítulo de una colegiata, el capítulo de todos los curas y beneficiados de la parroquia. A veces, también se registraban acuerdos con las diócesis.
Las Cláusulas testamentarias registran lo que los parroquianos dejaban en sus testamentos por el bien de su alma, como el número de misas que deseaban que se celebraran por ellos. También se indican los albaceas encargados de cumplir sus últimas voluntades.
Los Racionales detallan las cuentas de la parroquia en relación con las cláusulas testamentarias, las donaciones, etc.
Otros libros que permiten comprender cómo vivían las gentes de los pueblos son los libros de juntas parroquiales, la correspondencia, las memorias parroquiales, los libros de ermitas, las homilías, los libros de beneficios, la amortización, las donaciones y un largo etcétera.
Todos ellos son una fuente inagotable de información para conocer mejor la historia y las tradiciones.
Acceder a los archivos parroquiales en España puede ser un auténtico desafío, pero hay varias formas de hacerlo. En primer lugar, es posible visitar las parroquias locales y solicitar acceso a los archivos. Sin embargo, esto no siempre resulta fácil y deberás buscar otras alternativas.
Otra opción es buscar en Internet los archivos diocesanos y nacionales. Algunos de estos archivos tienen un sitio web donde ofrecen acceso en línea a los registros digitalizados, aunque es posible que se requiera un registro previo y tal vez, satisfacer una tarifa.
Para acceder a los registros parroquiales, primero debes saber en qué parroquia tuvieron lugar los eventos que estás buscando. Para ello, una buena idea para averiguar desde qué año se conservan los libros de la parroquia que buscas, es consultar la “Guía de los Archivos de la Iglesia en España”.
Una vez que tengas esa información, puedes comunicarte con la Diócesis a la que pertenece para obtener acceso a esos registros. Comprueba antes qué Diócesis españolas han comenzado a digitalizar sus registros parroquiales y si los han difundido en Internet.
Si bien la información en los registros parroquiales puede variar según la parroquia, es común encontrar detalles muy interesantes sobre la vida de tus antepasados. Algunos registros incluso pueden incluir notas marginales con detalles adicionales sobre los acontecimientos en la vida de una persona.
Algunas parroquias pueden tener registros que datan de hace varios siglos, mientras que otras solo conservan registros más recientes. Además, cabe la posibilidad de que algunos libros puedan estar incompletos o dañados.
Los archivos parroquiales suelen estar depositados en las iglesias locales, aunque también pueden estar custodiados en archivos diocesanos o en archivos históricos nacionales. Para acceder a ellos, es necesario contactar con el responsable del archivo y solicitar permiso para examinar los libros sacramentales.
También se debe tener en cuenta que no todos los archivos parroquiales están informatizados, por lo que es posible que necesites examinarlos manualmente.
En la actualidad, algunos archivos diocesanos y parroquiales han digitalizado sus fondos documentales e incluso es posible acceder a las imágenes en línea desde cualquier lugar del mundo si se dispone de una conexión a Internet.
La digitalización e informatización de los archivos ha permitido una búsqueda más rápida y eficiente de la información necesaria para la elaboración de un árbol familiar completo.
Los archivos parroquiales en España son una fuente invaluable de información para los investigadores genealógicos, ya que contienen datos detallados sobre las personas, sus relaciones familiares y la historia de las comunidades locales.
Nos permiten entender cómo era la vida en cada época, las tradiciones y las costumbres, y ayudan a construir la genealogía de las familias.
Si tienes interés en acceder a los archivos parroquiales en España, tienes la opción de visitar las parroquias locales o en algunos casos, buscar en línea la información de tus ancestros.
La utilización de la informática y la creación de bases de datos seguirá siendo fundamental en el futuro para el desarrollo de la investigación genealógica. Por eso, es importante preservar y difundir esa valiosa información para las generaciones futuras.