Las líneas y grados de parentesco en el contexto de la investigación genealógica pueden parecer un tanto complejas.
La consanguinidad es un concepto clave, ya que se refiere al grado de relación sanguínea entre dos personas y su ancestro común más reciente, interviniendo elementos biológicos derivados de la filiación. Este término hace referencia a los lazos que unen a los progenitores con sus hijos y a estos entre ellos.
Por otra parte, la afinidad se refiere a las uniones conyugales o matrimonios, que no están establecidos por la biología, sino por las decisiones sociales. Por ello son denominadas de lazos de afinidad o alianza.
A lo largo de la historia, las prácticas matrimoniales han sido influenciadas por las normas culturales y religiosas con restricciones en cuanto a la consanguinidad. La evolución de las normas desde la Edad Media afectaron a la genealogía.
En el antiguo Egipto, los matrimonios entre hermanos eran comunes dentro de la familia real, mientras que en las historias bíblicas, Abraham se casó con su media hermana Sara. Sin embargo, las restricciones para contrayentes consanguíneos han estado presentes en diversas culturas desde tiempos remotos.
En Europa, el derecho canónico de la Iglesia Católica establecía restricciones dentro de ciertos grados de parentesco. Estas variaron a lo largo del tiempo y entre regiones, pero generalmente, hasta el siglo XIII, la Iglesia los prohibía cuando existía consanguinidad o afinidad hasta el séptimo grado.
El Papa tenía la autoridad para eliminar impedimentos matrimoniales en casos específicos, y las dispensaciones papales a menudo permitían uniones en la realeza entre parientes más distantes.
En algunos casos, se otorgaron dispensaciones generales por cultura, como la restricción al segundo grado de consanguinidad para los indígenas americanos y filipinos impuesta por el Papa Paulo III.
La consanguinidad se refiere a los lazos que se establecen entre los descendientes y ascendientes que comparten un progenitor común.
Esta es la línea de sangre que une a padres, hijos, abuelos, nietos y así sucesivamente. Cada generación ascendente o descendente representa un grado en la línea de parentesco.
Por otro lado, el parentesco por afinidad, también conocido como "político", se forja a través del matrimonio.
En este caso, cada cónyuge adquiere vínculos con los parientes consanguíneos del otro (suegros, yernos, nueras, cuñados, entre otros).
Cabe destacar que los parientes de cada cónyuge no establecen un parentesco legal con los parientes del otro cónyuge. Así, los consuegros y concuñados, aunque se consideren parte de la familia, no comparten un vínculo de parentesco directo.
La proximidad del parentesco se mide en grados y líneas. Cada generación ascendente o descendente representa un grado. Veamos cómo se determinan estas líneas y grados:
Línea Directa de consanguinidad: Se forma cuando existen grados entre personas que descienden o ascienden unas de otras. Por ejemplo, abuelos, padres, hijos y nietos están conectados en una línea directa.
Para calcular el grado de parentesco en esta línea, simplemente debes contar el número de generaciones que los separa. Por ejemplo, un hijo está a un grado de distancia de su padre, dos grados de su abuelo y tres grados de su bisabuelo.
Línea colateral de consanguinidad: Las personas no descienden unas de otras, pero provienen de un tronco común. Aquí es donde entran en juego los hermanos, tíos, sobrinos y otros parientes que no están en la línea directa.
Para determinar el grado de parentesco en esta línea, debes subir hasta el tronco común y luego bajar hasta la persona con la que deseas establecer el grado de parentesco. Por ejemplo, un hermano está a dos grados de distancia de otro hermano, tres grados de un tío, cuatro grados de un primo hermano, y así sucesivamente.
Se puede añadir también, que las personas adoptadas adquieren parentesco de consanguinidad directa con sus padres adoptivos, pero no con sus padres biológicos después de una adopción legal.
Línea de afinidad: En esta línea, también conocida como de “parentesco político”, el proceso para averiguar el grado es el mismo que el de la línea colateral de consanguinidad, pero las personas son ascendientes y descendientes del cónyuge.
Por ejemplo, un cuñado se encuentra a dos grados de distancia del esposo de su hermana, tres grados de un tío político, cuatro grados de un primo hermano político, y así sucesivamente.
Los consuegros y concuñados son personas que están relacionadas por matrimonio a través de dos parejas casadas. Por ejemplo, los padres de una persona son consuegros de los padres de su cónyuge, y los hermanos de una persona son concuñados de los hermanos de su cónyuge. Sin embargo, este tipo de relación no se considera parientes de afinidad en el sentido estricto, ya que no implica una relación de parentesco por matrimonio directo entre dos personas.
Otra tipo de parentesco, es el “espiritual”, que se refería a un concepto que no estaba basado en la relación biológica ni en el matrimonio, sino en la espiritual o religiosa. Este parentesco era especialmente relevante en el contexto de la Iglesia Católica y sus prácticas, y tenía implicaciones en cuestiones legales y sociales.
El parentesco espiritual se establecía a través del sacramento del bautismo y, en menor medida, a través de la confirmación y la comunión. Cuando un niño era bautizado, los padrinos o madrinas que lo acompañaban en el sacramento adquirían un vínculo espiritual con él.
Este vínculo espiritual se consideraba que tenía implicaciones religiosas y morales. Una de las más importantes era la prohibición de que los padrinos y el ahijado o ahijada pudieran casarse, ya que se creía que existía un lazo espiritual que los unía de manera similar al parentesco de sangre.
También conviene señalar que el concepto de parentesco espiritual variaba según la época y la región, y sus implicaciones podían ser distintas en diferentes contextos. Sin embargo, en la Edad Media, el parentesco espiritual era significativo en la vida cotidiana y en las relaciones sociales, especialmente en el ámbito religioso y legal.
La consanguinidad colateral, también conocida como germánica, fue adoptada por el Papa Alejandro II en el siglo XI. Este enfoque redefine el grado de consanguinidad como el número de generaciones alejadas del antepasado común (sin contar el antepasado).
En 1215, el Papa Inocencio III restringió el impedimento al cuarto grado, ya que investigar a los ancestros más distantes resultaba difícil o imposible.
Algunos ejemplos de personajes famosos de la historia medieval que estuvieron relacionados con la consanguinidad y los matrimonios fueron:
Carlomagno: Rey de los francos y fundador del Sacro Imperio Germánico, Carlomagno es considerado el padre de la Europa medieval. Durante su reinado, se mantuvieron las restricciones en los matrimonios consanguíneos establecidas por la Iglesia Católica.
Guillermo el Conquistador: Descendiente del jefe vikingo Rollo, Guillermo el Conquistador extendió el poderío normando hasta el Reino de Inglaterra. Su linaje y las relaciones familiares dentro de la nobleza normanda son un ejemplo de cómo la consanguinidad afectó a las dinastías medievales.
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla: Conocidos como los Reyes Católicos, Fernando e Isabel unificaron Castilla y Aragón, terminaron la Reconquista y descubrieron América. Su desposorio fue un ejemplo de unión entre dos importantes casas reales, lo que podría haber llevado a la consanguinidad en las generaciones futuras.
Juana de Arco: Heroína francesa durante la Guerra de los Cien Años, Juana de Arco es un ejemplo de cómo las restricciones en los matrimonios consanguíneos afectaron a las familias nobles y a los personajes históricos de la época.
Rodrigo Díaz de Vivar, "El Cid": Famoso caballero y líder militar español, El Cid es un ejemplo de cómo las normas de consanguinidad y matrimonio influyeron en las alianzas políticas y militares durante la reconquista en la península ibérica.
Estos personajes históricos ilustran cómo las normas afectaron a las dinastías y alianzas políticas en la Europa medieval.
A lo largo de la historia, las restricciones han influido en las decisiones políticas y en la formación de alianzas entre las casas nobles.
La doble consanguinidad ocurre cuando proviene de dos fuentes, como en muchos matrimonios reales medievales en los que dos hermanos de una familia se casaban con hermanos de otra.
Los hijos de estas parejas se convirtieron en primos hermanos dobles, y si se casaban, ese enlace contaría como un matrimonio de primos hermanos, pero genéticamente, la pareja tenía conexiones más estrechas que los primos hermanos no duplicados.
Las reglas sobre consanguinidad y matrimonio se desarrollaron antes de que se conocieran las relaciones genéticas y el concepto de ADN compartido.
Más allá de la cercanía genética de los primos segundos, la probabilidad estadística de compartir factores genéticos es casi la misma que con individuos no emparentados.
El estudio de la consanguinidad en la investigación genealógica es esencial para comprender las prácticas matrimoniales y las restricciones culturales y religiosas a lo largo de la historia.
La evolución de las normas de consanguinidad en los matrimonios medievales y su impacto en la genealogía proporciona una visión valiosa de cómo las sociedades han abordado las relaciones familiares y las uniones matrimoniales.
En tu búsqueda genealógica, comprender las líneas y grados de parentesco es esencial para trazar con precisión tu árbol genealógico.
Estos conceptos te ayudarán a estudiar las conexiones familiares a lo largo de generaciones y a descubrir la rica historia que hay detrás de tus antepasados.