Entre los diversos términos utilizados en los libros parroquiales, destaca el uso del término “desposorio” para referirse a los matrimonios.
Este término se deriva del latín "desponsare", que significa “prometer en matrimonio” o “desposar” refiriéndose a la acción de desposarse, es decir, contraer esponsales.
Los esponsales eran una promesa de matrimonio, un compromiso formal entre dos personas para casarse en el futuro. Por lo tanto, el término “desposorio” se empleaba para referirse a la unión matrimonial como la culminación de ese compromiso.
Los desposorios eran registrados como un evento significativo en la vida de una pareja.
Eran considerados un vínculo matrimonial sagrado, y su registro garantizaba la validez legal y religiosa de la unión.
Aunque los libros parroquiales han perdido parte de su relevancia legal con el tiempo, siguen siendo una fuente valiosa de información histórica y genealógica.
La velación era una antigua ceremonia que se llevaba a cabo durante el sacramento del matrimonio.
Durante este ritual, se pasaba un velo por la cabeza de la novia y por el hombro del novio. Esta ceremonia marcaba la unión de la pareja y su compromiso matrimonial.
La velación puede considerarse como el equivalente a la ceremonia del matrimonio actual y también quedaba registrada en los archivos parroquiales.
En ocasiones ambos rituales se realizaban por separado en diferentes días, pero con el paso del tiempo fueron celebrando tanto la velación como el desposorio en un solo acto.
Los registros parroquiales reflejan este cambio, y es común encontrar anotaciones que indican la realización de la velación el mismo día que el desposorio.
Los padrinos, presentes en la velación, también eran inscritos en estos documentos, siendo generalmente personas cercanas a la pareja. Sus nombres y apellidos proporcionan a los genealogistas pistas adicionales sobre su entorno familiar.
Aunque la velación como ceremonia específica ha perdido relevancia en las ceremonias de matrimonio modernas, su legado perdura.
El acto simbólico de pasar un velo sigue siendo un gesto significativo en muchas culturas matrimoniales.