Para clasificar a los antepasados en un orden que permita ubicarlos con facilidad en el esquema de presentación genealógica, es imprescindible contar con un método que sea útil y sencillo de aplicar.
En la búsqueda de una manera de presentar la identidad y los datos encontrados, han surgido variedad de modelos gráficos. Circulares, en abanico, verticales, horizontales y fractales son algunos de ellos.
Estos se ajustan a diversas necesidades visuales, pero con la inconveniencia de que en ellos no pueden presentarse demasiados datos y detalles al disponer de un espacio determinado o reducido por las propias características del esquema gráfico. De tal manera, la cantidad de información se vuelve inmanejable en dichos modelos.
Cuando se quiere exponer toda la información obtenida, se recurre a la presentación escrita de la genealogía para indicar los datos encontrados de cada uno de los antepasados de manera extendida y con detalle.
En esa presentación, se necesita contar con un sistema de nomenclatura que facilite el seguimiento de la información de los ancestros recogida en el esquema genealógico, y así poder vincular a un individuo con su sucesor o su predecesor.
Los sistemas de enumeración de ancestros son una manera de organizar las generaciones de una persona.
En general, estos sistemas asignan números y/o letras a cada una de las personas que forman parte de una ascendencia o descendencia genealógica, comenzando con la persona central o con la que elija la persona encargada de llevar a cabo la investigación.
La persona principal, dependiendo del sistema empleado, es el número 1 o la letra a, y luego se asignan números o letras a los padres, abuelos, bisabuelos y así sucesivamente. El número o letra de cada antepasado se compone de una serie de dígitos que indican su posición en cada generación.
Uno de los sistemas de enumeración de ancestros más comunes es el sistema ascendente Sosa-Stradonitz o Ahnentafel, que ideó Jerónimo De Sosa en 1676 y que fue revisado por Sthepan Kekulé von Stradonitz en el año 1898, siendo utilizado actualmente en todo el mundo.
Es un modelo sencillo y práctico donde cada individuo recibe un número único basado en su relación con la persona central o principal. El número de esa persona inicial es el 1, su padre es el número 2, su madre es el 3, el abuelo paterno el 4, la abuela paterna el 5, el abuelo materno el 6, la abuela materna el 7 y así sucesivamente. Los números pares se asignan a los antepasados del género masculino y los números impares a los femeninos.
El seguimiento genealógico usando este sistema, es fácil cuando el árbol no es demasiado extenso, pero presenta dificultades a medida que va creciendo el número de antepasados y cuando se desea exponer también la información de sus hermanos (colaterales).
La manera de expresar con texto el gráfico anterior sería así:
Para poder reflejar también la descendencia de las personas colaterales es conveniente aplicar otro sistema de numeración de ancestros.
Uno de ellos puede ser el sistema descendente ideado en la década de 1940 por el conde Jacques d'Aboville, llamado “d’Aboville”.
Empezando por la persona principal con el número 1, su hijo/a mayor es el número 1.1, el nacido inmediatamente después sería el número 1.2, el siguiente el 1.3 hasta enumerar el menor de todos los hermanos.
En el siguiente nivel, el de los nietos del número 1, la numeración para el primer nieto, que sea hijo del hijo número 1 de la persona principal, sería el 1.1.1, el hermano menor de este sería el 1.1.2. Al primer hijo del hijo número 2 de la persona principal, le correspondería el número 1.2.1, a su hermano menor el número 1.2.2 y así sucesivamente.
Cada dígito separado por un punto representa una generación, por consiguiente, el primer dígito se refiere al ascendiente más antiguo, el segundo al de sus hijos, el tercero al de sus nietos, el cuarto al de sus bisnietos…
Un inconveniente de este sistema es que la enumeración establecida no diferencia entre niño o niña, pero se puede subsanar añadiendo una “M” de masculino o una “F” de femenino en el lugar que crea más conveniente el investigador.
En el siguiente ejemplo se entenderá mejor este sistema:
Otro contratiempo de este sistema es que a los cónyuges no se les asigna un número. Para solucionarlo se puede recurrir a una variante que es aplicar una letra a cada uno de los cónyuges, “a” sería el primer cónyuge, “b” el segundo, “c” el tercero, etc.
Tomando como referencia el ejemplo anterior, a la primera esposa de 1.1.2 M Miguel MOLLET se le asignaría la descripción 1.1.2a F Margarita GONYALONS y a su segunda esposa 1.1.2b F Margarita CASELLAS:
Otro sistema muy similar al d’Aboville es el de Henry. En este se prescinde del punto que separa cada dígito, lo que limita a 9 el máximo número de hijos que se puedan enumerar.
Esa limitación, el sistema de Henry la soluciona asignando la letra “X” al décimo hijo, la “A” al undécimo, la “B” al duodécimo…
En la descendencia tomada como ejemplo anteriormente, la enumeración quedaría descrita de la siguiente forma utilizando el sistema de Henry, en la que cada dígito representa a una generación:
Otro método de enumeración es el llamado “de Registro” creado en 1870 por la Sociedad Genealógica Histórica de Nueva Inglaterra en Boston, Massachusetts y es de los más utilizados por los genealogistas estadounidenses.
Este sistema utiliza números arábigos (1, 2, 3,4, 5…) y romanos (i ,ii ,iii, iv, v…) en su desarrollo. Asigna el número 1 a la persona principal y a sus hijos los números romanos i, ii, iii…, pero solo a los que tienen descendencia se les añade un número arábigo.
Utilizando la genealogía de los ejemplos anteriores, la manera de redactarla con este sistema “de Registro” sería como se expone a continuación:
Posteriormente, se modificó este sistema llamado “de Registro” dando lugar al sistema “de Registro modificado” o también conocido como “NGSQ” en el que se añade el signo + para aquellas personas que presentan su descendencia en las siguientes generaciones.
El ejemplo anterior quedaría de la siguiente manera utilizando el sistema NGSQ:
Otro sistema de numeración de antepasados es el llamado Villiers/Pama, inventado por Chris. de Villiers sobre el año 1890 y revisado después por el Doctor. Cor Pama.
En este sistema al ancestro más antiguo se le asigna la letra “a”. La siguiente generación toma la siguiente letra del abecedario, la “b”, siendo “b” los hijos de “a”, “c” sus nietos, “d” sus bisnietos y así sucesivamente. En cada generación se asigna a cada hijo un número ascendente, siendo b1 el hijo mayor de “a”, b2 el siguiente, y así hasta llegar al menor de los hijos.
Utilizando el ejemplo anterior, la presentación escrita utilizando el sistema Villiers/Pama quedaría de la siguiente manera:
Si tu intención es únicamente realizar una investigación de ascendientes directos, utilizando el sistema de ascendencia Sosa-Strodonitz, tendrás suficiente.
Ahora bien, si tu objetivo es estudiar también a tus antepasados colaterales, necesitarás emplear un sistema descendiente.
La mejor solución suele ser combinar dos o más sistemas. De esa manera, resulta más fácil hacer un seguimiento exhaustivo de todos los ascendientes y de los descendientes de los antepasados colaterales.
Esta es la teoría, es conveniente entender estos sistemas de enumeración de ancestros para decidirse por uno de ellos o hacer algunas combinaciones y modificaciones intentando hallar una solución óptima a para ti.