En el fascinante mundo de la genealogía, a veces nos encontramos con situaciones que desafían la lógica y la cronología. Ancestros que parecen haber logrado hazañas imposibles, como tener hijos a una edad extremadamente temprana o incluso años después de su muerte. En lugar de aceptar estos datos improbables, es crucial hacer una pausa y examinarlos detenidamente
Los errores y discrepancias en la investigación genealógica son más habituales de lo que cabría esperar, y se debe principalmente a la dependencia de un solo miembro de la familia para obtener información.
La fiabilidad de las fuentes encontradas en Internet, que pueden tener errores en la transcripción en varios registros, o el uso que pueda darle un investigador o genealogista sin experiencia, son otras de las causas.
Por lo tanto, es esencial recurrir a fuentes genealógicas fiables y verificadas.
Una forma de detectar posibles inconsistencias es calcular si las fechas y edades de nuestros ancestros tienen sentido. Por ejemplo, si una bisabuela aparece habiendo dado a luz a los 6 años, es en ese momento cuando debes analizar esa información. Quizás hubo dos personas diferentes con el mismo nombre y se te pasó por alto.
Una buena estrategia es buscar documentos primarios, como actas de nacimiento o partidas de bautismo, matrimonio o defunción, protocolos Notariales, padrones, etc.
Aunque no siempre están disponibles, brindan evidencia sólida sobre relaciones familiares. Los testamentos, en particular, suelen nombrar cónyuges e hijos.
Al encontrar discrepancias en nuestro árbol, en lugar de ignorarlas, veámoslo como una oportunidad para mejorar la calidad de nuestra investigación.
Las plataformas de genealogía como FamilySearch tienen sistemas que detectan datos que parecen incorrectos. Por ejemplo, se muestra un icono de problemas de datos cuando se introducen fechas que indican que un antepasado ha vivido más de 120 años, o cuando un evento parece ser un error, como un matrimonio que sucedió antes de que la persona naciera.
En MyHeritage, el verificador de coherencia escanea tu estirpe e identifica errores e inconsistencias en tus datos.
Tomémonos el tiempo para confirmar los datos dudosos. Y, lo más importante, no agreguemos antepasados de los que no estamos seguros, para no perpetuar los errores.
Un árbol genealógico minucioso, aunque incompleto, tiene mucho más valor que uno extenso, pero falto de rigor.
En este sentido, es fundamental recordar que la calidad de la información es más importante que la cantidad.
En resumen, la depuración de tu historia familiar es un proceso meticuloso pero esencial para garantizar la precisión de nuestra investigación de ascendientes. Al adoptar un enfoque crítico y utilizar diversas fuentes de información, podemos corregir datos imposibles y mejorar la calidad de nuestro trabajo genealógico.