Los horarios de los archivos no están al alcance de cualquiera, y eso también te afecta a ti.
Si vives lejos de la sede del Archivo que te interesa, te enfrentas a la realidad de tener que preparar un viaje. Esto implica gastos adicionales de transporte, alojamiento y dietas, así como tiempo, que debes evaluar antes de tomar una decisión.
Por lo general, los horarios de apertura suelen ser por las mañanas y no todos los días de la semana. Algunos archivos abren todos los días laborables e incluso una o dos tardes, pero durante el fin de semana todos están cerrados.
Imagina que vives cerca del archivo, pero tus horarios laborales coinciden con el horario de apertura al público. Será casi imposible para ti encontrar un día para dedicarlo a la investigación de manera presencial.
Si debes realizar un viaje y reservar alojamiento, el horario matinal puede ser conveniente, aunque tendrás que dedicar las tardes a hacer turismo.
Sería ideal poder consultar la información conservada en los archivos en línea, pero en la actualidad solo unos pocos ofrecen esa posibilidad. La mayoría de ellos no han digitalizado su patrimonio documental y la única forma de acceder a él es acudiendo en persona.
Antes de la aparición de Internet a finales del siglo XX, las investigaciones solo se podían realizar accediendo a las salas de consulta de los archivos. Aunque hemos avanzado mucho tecnológicamente en la segunda década del siglo XXI en el que nos encontramos, todavía existen muchos archivos anclados en el siglo XX. No han progresado mucho en la manera de difundir su patrimonio documental, y solo podemos recibir fotocopias en papel por correo postal o copias digitalizadas a través del correo electrónico.
A menudo, tenemos que consultar muchas páginas de libros que no tienen un índice. Cuando necesitas encontrar un registro en particular, el personal del archivo no puede dedicar su tiempo a ayudarte. La única forma de intentar encontrar lo que buscas es ir personalmente y revisar muchas páginas.
En resumen, los horarios de los archivos en España pueden ser restrictivos y difíciles de ajustar a tu vida cotidiana.
Si deseas acceder a la información conservada en ellos, es posible que debas hacer sacrificios en términos de tiempo, dinero y esfuerzo.
Aunque la tecnología ha avanzado, muchos archivos aún no han adoptado completamente las opciones digitales, lo que limita la accesibilidad a su patrimonio documental.