Leer correctamente la escritura de los documentos antiguos puede ser difícil por varias razones.
Tinta descolorida
Mala caligrafía
Partes rotas o tachadas
Enfrentarse a un lenguaje desconocido y abreviaturas nuevas para ti e interpretar el documento de tu antepasado se vuelve más complicado a medida que retrocedes en el tiempo.
¡No te decepciones! Con la práctica, serás más hábil y tendrás mayor seguridad cuando leas esa escritura tan distinta a la actual.
Descifrarla en los documentos de tus antepasados se volverá más fácil cuanto más lo hagas.
Tomate tu tiempo, no te apresures y permítete un tiempo de descanso antes de continuar con tu investigación. Esa pausa te ayudará a refrescar tu mente y tu enfoque cuando vuelvas a inspeccionar ese documento.
Sigue los siguientes consejos y te resultará más sencillo entender lo que leas.
Esto puede sonar extraño, pero lo cierto es que ayuda a entender mejor lo que se está leyendo, utilizando la fonética. Posiblemente, las palabras fueron escritas de manera diferente a como se escribirían hoy en día o que simplemente se escribieron como sonaban para el escribiente.
Las abreviaturas en los documentos eran comunes tanto en la época de nuestros ancestros como ahora. Aprender y comprender lo que significan es fundamental para descifrar y comprender completamente un documento. Por ello debes investigar el significado de cualquier abreviatura desconocida que encuentres y aprenderla.
Si encuentras una palabra problemática o si dudas si una letra es una “a” o una “o”, busca palabras o letras que reconozcas bien en el resto del documento para poder comparar las dos. Así aprenderás el estilo del escribiente y podrás reconocer las particularidades de su grafía.
Fíjate también en las firmas que suelen aparecer al final del documento porque en ocasiones son más legibles que el texto escrito por un escribiente descuidado.
Si tienes un documento en papel, descolorido y difícil de leer, fotografíalo o escanéalo para poder visualizarlo mejor en un ordenador. Puedes también usar algún software de edición de fotos para mejorar la imagen y facilitar la lectura.
Muchas veces el documento se vuelve más fácil de leer ajustando el contraste, el brillo e incluso su tamaño.
Si el documento lo has encontrado en línea, comprueba si el visor de esa página web cuenta con la opción de “invertir” porque a veces se puede observar mejor con un fondo negro y la letra en blanco.
Busca otros documentos similares, aunque no sean de tu antepasado para entender mejor las palabras comunes. Tal vez esos fueron escritos por otro escribiente que se esmeró más en su manera de escribir.
También puedes utilizar una lupa. Sí, como la de Sherlock Holmes. Con ella puedes conseguir ver con más detalle los trazos de las letras e incluso observar alguna parte que se haya descolorido con el paso del tiempo.
Si estás intentando leer un documento de un siglo anterior, busca una copia de un alfabeto de ese siglo.
Haciendo una búsqueda en Google de, por ejemplo, “alfabeto de escritura manuscrita del siglo XIX” y mirando los resultados de las imágenes, encontrarás muchas muestras.
¡Sabías que este consejo no iba a faltar!
La práctica es la mejor forma de mejorar tus habilidades para leer documentos antiguos, para esto no hay atajos.
La próxima vez que encuentres un documento difícil de transcribir, no te desesperes. Del mismo modo que aprendiste a encontrar los registros de tus antepasados, leer la escritura antigua es una experiencia que se adquiere con la práctica.
Si habiendo seguido los pasos anteriores continúas teniendo dificultades para descifrar esa letra antigua, sumérgete en Facebook y busca grupos dedicados a la genealogía.
En ellos encontrarás genealogistas con mucha experiencia y seguramente te echarán una mano.
Publica una copia del documento que se te resiste en uno de los muchos grupos existentes y espera sus respuestas.